domingo, 30 de agosto de 2009

Necesidad de Orar

Del Libro de su vida, de santa Teresa de JesúsCap 8, 1-4
No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida, que bien veo no dará a nadie gusto ver cosa tan ruin, que cierto querría me aborreciesen los que esto leyesen de ver un alma tan pertinaz e ingrata con quien tantas mercedes le ha hecho; y quisiera tener licencia para decir las muchas veces que en este tiempo falté a Dios.
Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años con estas caídas. Y con levantarme y mal –pues tornaba a caer– y en vida tan baja de perfección, que ningún caso casi hacía de pecados veniales, y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros, sé decir que es una de las vidas penosas que me parece se puede imaginar; porque ni yo gozaba de Dios, ni traía contento en el mundo. Cuando estaba en el contentos del mundo, en acordarme de lo que debía a Dios era con pena; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me desosegaban. Ello es una guerra tan penosa que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuanto más tantos años.
Con todo, veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo, ya que había de tratar en el mundo, que tuviese ánimo para tener oración; digo ánimo, porque no sé yo para qué cosa, de cuantas hay en él, es menester mayor que tratar traición al rey, y saber que lo sabe, y nunca se le quitar de delante; porque, puesto que siempre estamos delante de Dios, paréceme a mí es de otra manera los que tratan de oración, porque están viendo que los mira; que los demás podrá ser estén algunos días que aun no se acuerden que los ve Dios.
Verdad es que, en estos años, hubo muchos meses –y o alguna vez año– que me guardaba de ofender al Señor y me daba mucho a la oración, y hacía algunas y hartas diligencias para no le venir a ofender. Porque va todo lo que escribo dicho con toda verdad, trato ahora esto.
Mas acuérdaseme poco de estos días buenos, y ansí debían ser pocos y muchos de los ruines. Ratos grandes de oración pocos días se pasaban sin tenerlos, si no era estar muy mala y muy ocupada. Cuando estaba mala, estaba mejor con Dios; procuraba que las personas que trataban conmigo lo estuviesen, y suplicábalo al Señor; hablaba muchas veces en él.

Ansí que, si no fue el año que tengo dicho, en veintiocho años que ha que comencé oración, más de los dieciocho pasé esta batalla y contienda de tratar con Dios y con el mundo. Los demás, que ahora me quedan por decir, mudose la causa de la guerra, aunque no ha sido pequeña; mas, con estar, a lo que pienso, en servicio de Dios y con conocimiento de la vanidad que es el mundo, todo sido suave, como diré después.
Pues para lo que he tanto contado esto es, como he ya dicho, para que se vea la misericordia de Dios y mi ingratitud; lo otro para que se entienda el gran bien que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad, aunque no esté tan dispuesta como es menester, y cómo, si en ella persevera, por pecados y tentaciones y caídas de mil maneras que ponga el demonio, en fin tengo por cierto la saca el Señor a puerto de salvación como, a lo que ahora parece, me ha sacado a mí.

domingo, 23 de agosto de 2009

lunes, 17 de agosto de 2009

Mi testimonio Vocacional

Soy la hna.yajaira de Jesús tengo 29 años, carmelita descalza.
No es un cuento, es una historia, una historia muy sencilla, la historia de una semilla sembrada por el Señor en mi corazón que germinó y dio fruto.Dios puede llamar a cualquier hora de la vida: al amanecer, al mediodía, al atardecer... No siempre la vocación se siente desde pequeña. Pero en mi caso sí fue así: sentí la vocación pequeña. Me atraía todo lo que se relacionaba con Dios. y asistí a retiros vocacionales, convivencias y apostolado, iba a la casa de la hijas de la caridad , y también hibamos a ayudar a casas de ancianos, aprestar les nuestros servicios, luego un día fui con unas amigas (cruzadas de sta María) al monasterio de las carmelitas descalzas,y me gusto tanto su alegría y sencillez y la felicidad que tenían, y pensé que si yo podía ser carmelita , pero me resistía a mi misma pensar de ser monja de clausura? pero el SEÑOR ME DIO LA FUERZA PARA SEGUIRLE.
Pensé si ese era el camino que debía seguir, y se cruzó por mi mente ser monja de clausura, hasta aquella bendita noche del 16 julio fiesta de la virgen del Carmén , a partir de ese momento se apoderó en mi corazón la esperanza de Consagrarme por entero a Dios ,en este nuevo estilo de vida ,me dio el Señor una certeza tan grande que hasta ahora guardo en mi corazón. Era eso lo que tanto deseaba, y que no había podido definir.
Pasaron los meses y yo en total silencio, alimentaba aquel deseo cada día más. Ya no pensaba sino en ser carmelita descalza.Ingreso en el carmelo el 25 de enero de 1998.
Aumentaron mis anhelos de orar y estar a solas con el Amado.Ahora puedo decirles que soy la mujer más feliz del mundo, y que optar por Cristo vale la pena, se que muchos jóvenes tienen miedo de anuciar a Cristo y de seguirle, yo los invito a poner mas vuestra esperanza en Él, ÉL es el amigo que no falla.
He querido con compartir mi experiencia de la llamada ,con todos los lectores que visitan esta pagina y decirles gracias, por permitir compartir todos estos sentimientos,así todos vamos creciendo en el amor a Cristo.Desdes que Cristo entro en mi vida , todo lo ilumina él ,lo hace todo nuevo y sorprendente.


No hay razones para estar triste nuestra vida n el monasterio esta llena de alegría, muchos piensan que la vida religiosa es aburrida es una nueva respuesta que brota en el corazón y te colma de inmensa alegría..
yajaira de Jesús. carmelita descalza. Serra(valencia)

domingo, 9 de agosto de 2009

Tu Me Has Seducido Señor

martes, 4 de agosto de 2009

De tal manera te ama Dios